Una de las películas que más nos ha enseñado sobre inteligencia emocional ha vuelto por todo lo alto. En Intensamente 2, la vida de la -ahora- adolescente Riley sigue dándonos ejemplos de situaciones en las que nos vemos reflejados porque dejan al descubierto el funcionamiento de nuestras emociones y nuestra mente.

¿Pero también podríamos encontrar lecciones para nuestra vida laboral? ¡Por supuesto! En IDMAH vimos la película -más de una vez- y queremos compartirte algunas reflexiones que nos dejó y podríamos aplicar a nuestra dinámica de trabajo en equipo.

Como en la primera entrega, esta nueva parte plantea situaciones en las que cualquiera de nosotros se ha sentido identificado. Lo interesante es que a Alegría, Tristeza, Desagrado, Furia y Temor se suman emociones más complejas: Ansiedad, Envidia, Vergüenza, Ennui y Nostalgia. Y, como en la vida real, manejar tantas emociones es un caos mental.

En el IDMAH vimos la película y, por supuesto, vimos lecciones sobre la gestión de emociones que pueden ayudarnos en nuestra construcción de masculinidades positivas.

Te compartimos algunas de ellas:

1. Las emociones no tienen género. Un problema del que siempre hablamos es la costumbre constante de los hombres de reprimir las emociones, derivada de la masculinidad hegemónica. Intensamente 2 nos recuerda que reprimirlas es contraproducente y lo más sano es permitirnos sentirlas en su justa medida y aprender de ellas para encontrarle sentido a otras y soluciones a diferentes momentos complejos de la vida.
2. Balancear emociones es clave. Por otro lado, otra lección de Intensamente 2 es entender que no hay emociones totalmente buenas o malas. Lo que las hace más o menos favorables es excedernos en ellas: encontrar un balance en el que cada una tenga su dosis, que sea proporcional y coherente con ciertos contextos, es clave para no dejarnos llevar por una o por otra.
3. La empatía, una lección de apoyo. Sentirnos al borde del colapso es una sensación que resulta del caos emocional. Aprender que todos hemos pasado por ello también nos ayuda a encontrar momentos de empatía o solicitarla. Tener claro que no estamos solos y no somos los únicos es un buen inicio para pedir apoyo emocional cuando lo necesitamos.
4. Adaptarnos regula las emociones. Los cambios en la vida son inevitables y, como vemos en Intensamente 2, a veces conllevan inestabilidades que nos producen un sacudón emocional. Tener presente que esos cambios y sus efectos son algo normal nos prepara para estar más atentos a nuestras emociones, regularlas, aprovecharlas y no desbordarnos con ellas.

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